
La Huella del Gran Abstracto un estudio Dactiloscópico

La huella se puede entender de dos maneras, uno como un registro que ha dejado el cuerpo humano sobre algo y dos una, señal o rastro que queda de un suceso.
No se trata de una antología, sino de generar una simbiosis para poder comprender de manera más coherente los diferentes procesos, que ha atravesado el arte abstracto en Honduras, recordemos que en dactiloscopia, los dibujos papilares visibles en la epidermis son perennes, inmutables diversiformes y originales , acá no se está descubriendo nada, se está haciendo una apuesta y un trabajo de arqueología contemporánea “Vivimos en la era de la yuxtaposición, la era de la proximidad y la lejanía, la era de la contigüidad y la dispersión. Nos encontramos en un momento en el que el mundo ya no se experimenta tanto como una gran vía que se extiende en el tiempo, sino como una red que une dos puntos y que se entrecruzan su madeja” Michel Foucault

¿Existe alguna fractura entre una cerámica maya utilitaria y las cucharas de acero para medir azúcar de Fernando Cortes?, ¿un tejido lenca frente a los bordados realizados por Celsa Flores?, ¿un tocado garífuna frente a la obra de Kenneth Vittitoe?, las obras de Xenia Mejía, Miguel Ángel Ruiz Matute, Caroline Mahomar y Legan Rooster frente a un petroglifo? recordando a Rothko “el arte no trata de una experiencia es una experiencia”
Podemos pensar en algo paradójico, como que Ricardo Aguilar en un país tropical y multiétnico como el nuestro, tuvo contacto directo con los diseños geométricos ancestrales de los mayas, los lencas y otras etnias y que Kandinsky no corrió con la misma suerte en una fría Rusia, o que Mondrian no tuvo la misma oportunidad ,del explorador francés Jean-Frédéric de Waldeck que visitó las ruinas de Copan en el siglo xix y pasó un mes dibujándolas.
O que Maholy-Nagy tuviera la misma preocupación que Gabriela Zuniga-Fu y Josue Orellana, una relación entre la pintura y la fotografía

Los colores utilizados por Arturo Luna, Bayardo Blandino, Byron Mejía y Guillermo Mahchi, están en la misma dimensión que el engobe y la sílice utilizadas en la alfarería maya y lenca, la obra de Blas Aguilar recuerda a las inmersiones, los bautizos o el teñido de las fibras para hacer vestuarios ceremoniales, Santos Arzú, nos entrega una gran herida histórica, una fragmentación en la línea del tiempo.
Aníbal Cruz, Víctor López, Juan Ramón Laínez, Ezequiel Padilla y Adán Vallecillo nos recuerda la brutalidad de los conquistadores, los recuerdos escarificados en la memoria y la efervescencia del neocolonialismo. Recordar viene del latin “recordari”, formado de re (de nuevo) y cordis (corazón) recordar quiere decir mucho más que tener a alguien presente en la memoria significa “volver a pasar por el corazón”
Ernesto Rodezno, Nora Buchanan, Dina Lagos, Pamie Marinakys y Juliana Fuenzalida al estudio de la astrología, la geometría y el cuerpo
Cesar Manzanares, Lester Rodríguez y Luis Landa que se puede trabajar con los despojos de la historia “Los otros todos que nosotros somos” Octavio Paz
Este proyecto no proviene de una detenida relectura, sino de algo que me parece más valido y honesto desde la perspectiva del autor: el recuerdo de mis historias. No busque los <mejores> textos sino los más próximos a mi memoria, esto es Juan Villoro
Nadie es dueño de la verdad y no sé si estoy en la razón, pero me gusta la manera en que Soren Kierkegaard decía “la vida se vive hacia adelante, pero se entiende hacia atrás, como un espejo retrovisor”
Leonardo González