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UN ARTISTA PLÁSTICO CON CONCIENCIA SOCIAL

IDENTIDADES NEGADAS

Identidades negadas es el título de la exposición del ceramista y escultor Pastor Sabillón Fernández. La muestra tiene como propósito, a través de la cerámica escultórica, hacer una lectura mordaz sobre algunos de los problemas que graban sobre gran parte de la población hondureña y latinoamericana: migración, trata de blancas y femicidio.

Trata y Trasplantado

En los últimos decenios la migración de poblaciones centroamericanas hacia el norte del continente se ha hecho recurrente. Diferentes son los factores que obligan a muchas personas a dejar sus propios países, con la esperanza de poder alcanzar el anhelado “american dream”. Un porcentaje de los migrantes son mujeres, para las cuales, el impacto es diferente respecto a los hombres. Los flujos migratorios han creado trampas en los límites fronterizos, donde muchas de las migrantes son detenidas con finalidades de explotación sexual. En otros casos, muchas de las migrantes se ven en la necesidad y obligación de recolectar sumas de dinero para poder continuar con su viaje o para pagar el “coyote”, en muchos de los casos, el último recurso es la prostitución. Antes que todo, la obra de Pastor Sabillón es una obra con conciencia social, no basta “lo bello”, para causar un impacto sobre el espectador la obra debe ir más allá de la estética. Las piezas de los conjuntos reflejan una cierta indolencia, sus figuras arrastran, con paso lento el peso del sufrir, sus manos están cubiertas, atadas, no las pueden mover… sus rostros de una límpida belleza permanecen inmutables ante la sonrisa del coyote o el grito del comerciante de almas. Los carnífices, cómplices – y víctimas del sistema– se ponen adelante o al final del grupo. Las esculturas, libres de cualquier intención decorativa, desean transmitir con franqueza, la dureza de la realidad que muchas mujeres enfrentan hoy en día, marchando una tras otra sin alzar la cabeza para pedir auxilio, mientras nosotros nos volvemos espectadores ajenos a la escena.

Voces silenciosas, grupo escultórico merecedor del premio único de cerámica de la XIV Bienal de Escultura y Cerámica del Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI) se centra en el feminicidio. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional de Honduras un 53% de los asesinatos cometidos entre el 2005 y el 2015 fueron feminicidios. Último de estos tristes y lamentables casos fue el asesinato de la líder indígena, defensora de los derechos humanos y ambientalista Berta Cáceres, el pasado mes de marzo; la situación no parece mejorar dado que en su mayoría, los casos permanecen en la impunidad. No obstante la injusticia sea tanta y sea evidente, poco se hace por resolver dicha situación. La obra del maestro Sabillón confía la comunicación del mensaje a la lengua de señas, por lo cual el espectador deberá con cierta inteligencia, ponerse más allá de la apariencia del bello y buscar en estos símbolos, el mensaje que desean transmitir. La obra por lo tanto, invita a razonar, no solamente a pensar en un eslogan publicitario, sino pensar en qué medida estamos comprometidos con cuanto pasa en nuestros barrios, en la comunidad, en nuestras realidades.

Por esto el artista nos invita a tutelar la mujer, base fundamental de nuestras sociedades, pilar del hogar, factor importante en las economías familiares. Nos invita a no cerrar los ojos ante los problemas de los cuales, de forma consciente o no, somos cómplices silenciosos.

La exposición fue presentada en el Salvador en enero de 2014 en la hermana República de El Salvador.

Nota publicada en el sitio Diario Co Latino,21 de marzo de 2014, escrito por el Dr. Ramón Rivas Director en aquel entonces de Cultura. Universidad Tecnológica de El Salvador[1]

PASTOR SABILLÓN: UN ARTISTA PLÁSTICO CON CONCIENCIA SOCIAL

La Universidad Tecnológica de El Salvador, mediante el Museo Universitario de Antropología, MUA, inauguró recientemente la imposición de esculturas titulada “Identidades negadas”, del maestro Pastor Sabillón: magna exposición de este artista hondureño que, gracias al esfuerzo también de quienes lo apoyaron para que nos comparta su trabajo, como el Centro Cultural One Way, la Embajada de Honduras y la Asociación I Sant’Innocenti, es hoy en nuestro país una realidad. Yo considero que la obra del maestro Pastor Sabillón es una manifestación creativa original acerca de las mujeres, pero ahora vista desde el arte escultórico. Es arte simbólico que mitifica formas y gestos. Es expresión de abuso sobre el sexo femenino ocurrente en todo el mundo, no importando raza, color ni mucho menos estatus social, cultural o religioso. Sabillón es el artista que ha sabido crear y recrear en barro para hacer manifiesto ese grito de impotencia, de soledad, que caracteriza a millones de mujeres alrededor del planeta. Cada pieza y su conjunto son como un grito de esperanza para un mundo mejor. Es la mujer que nació para dar vida, pero también para sufrir en un entorno lleno de construcciones sociales opresoras y desventajosas para ellas mismas. Entonces, el de Sabillón se trata de un arte para la reflexión; son las mujeres puestas una vez más sobre la palestra; pero ahora en la forma de esculturas, como para gritar al mundo su realidad, y con ello un ¡basta ya!… Es arte surrealista de lo humano; y por eso es también antropología surrealista, ya que el objetivo común es trascender —no solo como un documento—, describir críticamente o subvertir los órdenes locales de la cultura y la historia. El sujeto es el ser humano, pero visto desde el arte. Es la obra del artista que va más allá, lo que implica un amor por el cambio, pero para lo verdaderamente mejor. La muestra de mujeres que ahora nos ofrece el maestro Sabillón se torna en historia contada, en verdades asombrosas. Ahora bien, ¿qué se puede decir acerca del maestro Pastor Sabillón? De él no se puede hablar si no es desde su propia perspectiva en cuanto a la vida y el arte. Por eso, me remito a los conceptos que expresó en una conversación que tuvimos hace un par de días. Su visión del propósito de toda manifestación artística es que no debe ser solo decorativa, sino que siempre debe contener una fuerza crítica y de denuncia social, tanto de lo que afecta al individuo como a la familia y, por ende, a la sociedad, aunque está consciente de que cambiar los errores humanos no está a su alcance. En esta exposición ha enfocado su sentir o percepción de los hechos denunciables en tres situaciones difíciles por las que cruzan muchas mujeres —niñas, jovencitas, adultas, ancianas…— en todo el mundo actualmente: en primer lugar, el “femicidio”. A propósito, un término que no ha sido aceptado por la Real Academia de la Lengua pero que busca diferenciar el homicidio de féminas, o sea, de mujeres, tomando en cuenta que homicidio se refiere a la muerte que le da una persona a otra, indistintamente del sexo de la víctima. Pero, volviendo al tema, es interesante que en esta parte de la colección el maestro me contó que usó, como medio de expresión en el conjunto de las piezas, el lenguaje de señas, propio de las personas sordomudas —“voces silenciosas”, dice él—, de tal forma que la posición de los dedos de la mano que cada cuerpo tiene en vez de cabeza, de cada una de estas esculturas, significa una letra, formando así la frase “no femicidio”, como quien dice un “basta ya”. El maestro Sabillón dice que —como es natural— la persona muerta, en este caso la mujer, ya no puede hablar, ya no se puede hacer oír; y que de forma similar las autoridades policíacas y de justicia también se quedan como sordomudas en su lucha contra este flagelo, ya sea por impotencia o por falta de voluntad. En cuanto al segundo tema, el de la trata —que es lo mismo que hacer negocios vendiendo personas de casi cualquier edad, por insólito que parezca—, el artista centra su denuncia en la figura de una mujer que refleja una expresión de estar gritando, y que es la malévola que se aprovecha de la ingenuidad o necesidad, por lo general, de otras mujeres para venderlas y prostituirlas. El estigma, en este sentido, no solo recae en mujeres perversas porque también existen los rufianes. Esta es la denuncia: “¡Que se acaben todos estos mercaderes de almas!”. El tercer tema que el maestro aborda es uno de los fenómenos más tristes y condenables de la humanidad: la inmigración. En este, el maestro destaca que entre las piezas de esta sección hay una con cabeza de canino, que representa al tristemente célebre “coyote”, delincuente “profesional” que hace tan difícil la travesía de los migrantes que se van de sus lugares de origen abandonados a su suerte. Y en las otras esculturas de este grupo hay otros elementos relacionados con el hecho migratorio ilegal. Al comentar acerca del uso de la mano como elemento principal de la serie, el artista comenta que esta, en sus polifacéticas poses, le da énfasis y expresividad al mensaje, de tal forma que por eso el resto del cuerpo de la pieza esta como desvanecida, “difuminada”. También hay algunas piezas de cerámica “sueltas” —como dice él—, que están allí para más reflexión: “Bala perdida”, “La despedida”, “Dama de hierro”… son sus títulos. Así pues, Pastor Sabillón nos comparte el resultado de su quehacer artístico y de sus convicciones sociales con esta interesante obra en la especialidad de la cerámica, con todo su bagaje y experiencia profesional en el arte plástico, que esta respaldado por su dominio de otras técnicas de este, lo que incluye numerosos reconocimientos del que ha sido merecedor en países como Italia, España y Francia. Enhorabuena por contar en este país, y en concreto en el MUA, con tan singular exposición, que permanecerá abierta al público hasta la última semana de abril del presente año.

[1] http://www.diariocolatino.com/pastor-sabillon-un-artista-plastico-con-conciencia-social/, 6 de marzo 2016.


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